La naturaleza ha producido, en las conchas de algunos moluscos, el carbonato cálcico cristalino el nácar, tres mil veces más resistente a la fractura que el aragonito, más resistente y de mayor durabilidad que el hormigón; el secreto de su resistencia está en su microestructura.
El tipo de microestructura del nácar tiene una gran capacidad para deformarse sin fracturarse; funciona como un material compuesto en el que las placas son el componente resistente y la proteína el componente deformable.
Un saludo
Laureano Cornejo Álvarez